LA BATALLA DEL 21 DE OCTUBRE DE 1863 EN CHIAPA DE CORZO.

El 5 de abril de 1863 Juan Ortega y el padre Víctor Antonio Chanona proclaman el Plan de Revolución, en las cumbres de Yalmús, en los límites de Chiapas y Guatemala, y se levantan en armas en contra del gobierno del Estado, desconocen la Constitución política federal de 1857 y la local de 1858. Ortega toma el 7 de mayo a la ciudad de San Cristóbal Las Casas. El 14 de mayo intenta tomar la ciudad de Comitán y es derrotado por el comandante Cleofas Domínguez y el coronel Isidoro Castellanos.

Las noticias que llegaron a Chiapas sobre la derrota que sufrieron los mexicanos el 17 de mayo de 1863 en el sitio de puebla, envalentonaron a los partidarios de la intervención francesa y como resultado el establecimiento en Chiapas del imperio de Maximiliano, los que fueron alentados por el obispo de Chiapas y por los curas expulsados. Los conservadores se convirtieron en imperialistas y los liberales en republicanos.

La primera ciudad en caer en manos de los partidarios del imperialismo, encabezados por fray Víctor Antonio Chanona, fue San Cristóbal de las Casas, entonces capital del Estado. Los días 14 y 15 de agosto de 1863 se libraron fuertes combates entre republicanos e imperialistas.

Los liberales perdieron la batalla por falta de parque y porque resultó herido mortalmente su comandante, el coronel Miguel Balcázar. El 15 de agosto los imperialistas nuevamente toman la capital del Estado y con este triunfo Chiapas adopta de facto el régimen de gobierno imperial.

El 27 de agosto se crea en San Cristóbal el espurio Consejo de Gobierno Imperial, quedando como presidente el Dr. Fray Víctor Antonio Chanona; mientras que Juan Ortega fue reconocido como Prefecto Superior Político y Comandante de Armas delDepartamento de Chiapas. El general Ortega estuvo en San Cristóbal del 14 de agosto al 17 de octubre de 1863.

El día 19 se decidió tomar la plaza de Chiapa, cuna de liberales. Juan Ortega y el cura Víctor Antonio Chanona marcharon hacia la ciudad de Chiapa al frente de 1,300 hombres. Entre las únicas poblaciones que permanecían leales a las instituciones republicanas figuraban Chiapa y Tuxtla. El 20 de octubre figuraban en Chiapa 400 patriotas malamente armados, pero listos a defender a las instituciones republicanas

Cuando el general Juan Ortega, autonombrado general en jefe de las fuerzas salvadoras de Chiapas, estuvo cerca de Chiapa, envió un mensaje intimidatorio al coronel Salvador Urbina, comandante militar del Departamento de Chiapa. Le daba cinco horas para la rendición de las armas, en caso contrario tomaría la plaza a sangre y fuego. A las tres de la tarde, Urbina leyó el mensaje y lo devolvió sin respuesta. Al no recibir la respuesta que esperaba, el general Ortega ordena atacar a la Plaza de Chiapa.

Por su parte, el coronel Salvador Urbina, que había sido designado por el gobernador coronel José Gabriel Esquinca para organizar la defensa de la plaza de Chiapa, aprovechando las irregularidades del terreno, seleccionó tres cerritos para ubicar estratégicamente a sus fuerzas republicanas. Fueron divididas en tres fuertes, mismas que recibieron los nombres de Independencia (San Sebastián), Libertad (San Gregorio) y Zaragoza (El Calvario). Urbina se quedó al frente del fuerte Independencia. A las cinco de la tarde empezaron a llegar los primeros imperialistas a Chiapa.

El primer lugar en ser atacado fue el fuerte Zaragoza y enseguida el de la Libertad. Sin embargo, en el primero pronto se retiraron. Sólo atacaron durante toda la noche al segundo fuerte. El 21 en la mañana es brutamente atacado el fuerte Libertad, enseguida el de Zaragoza e inmediatamente después el de la Independencia. La batalla duró siete horas.

A las doce del día se libró la batalla final. En el barrio de San Miguel se decidió el triunfo.

La batalla se inició a las 7 de la noche del 20 de octubre de 1863. El tiroteo era intenso por parte de ambos bandos. Los republicanos disparaban por los tres frentes. Los imperialistas ya no podían avanzar. El asalto final para la toma de la plaza fue pospuesto por el general Ortega para el día siguiente. El fuerte Libertad fue el más atacado.

Tan pronto amaneció, todo el poderío de los 1,300 imperialistas se dejó sentir en el pueblo de Chiapa. El general Juan Ortega, cabecilla de las fuerzas imperialistas, incitaba a sus seguidores para que no se dieran por vencidos. Los tres fuertes seguían firmes como verdaderas columnas humanas, dispuestas a alcanzar la victoria o morir en el intento.

Al no poder tomar los tres fuertes, el general Ortega determinó cambiar su estrategia de ataque: decidió flanquearlos por sus dos costados. Fue de esta manera como se libraron las batallas del camino de San Gabriel y el de la margen derecha del río Grande de Chiapa. En un momento de descuido de los republicanos, los imperialistas llegaron a la plaza, cerca de Mandrique, fue en este lugar donde se libró la batalla definitiva, la más feroz y sangrienta entre hermanos, la de la derrota o la del triunfo.

El coronel Salvador Urbina sudaba a chorros, con el rostro descompuesto por la ira y el coraje, al verse cerca de la derrota por la enorme cantidad de orteguistas que llegaban; redobló sus esfuerzos y a las doce del día ordenó dar el golpe final, definitivo, mandó atacar a los imperialistas hasta vencerlos o morir. Los capitanes Luis Vidal y Vicente López fueron los primeros en atacar las fuerzas imperialistas que se habían atrevido a penetrar en la plaza. La batalla era a campo raso. En el intento de asalto de la plaza de Chiapa murió valientemente acribillado a balazos el tabasqueño capitán Pedro Torres, comandante del batallón imperialista que tenía a su cargo la toma de la plaza y el que más se había distinguido en esta lucha por su valor y arrojo. Ante la muerte del comandante Torres y ante empuje de las fuerzas liberales, las fuerzas conservadoras fueron poco a poco retrocediendo. En su huida los orteguistas trataron de cruzar a nado el caudaloso río Grande de Chiapa, pero sólo encontraron la muerte. Al enemigo le fueron quitados un pequeño cañón llamado “Pascacio” y 8 cajas de parque. El padre Víctor Chanona fue gravemente herido en un brazo. Al mismo tiempo, en la batalla del camino a San Gabriel, el contraataque de los liberales fue feroz, a balazos y a machetazos fueron retenidos los imperialistas que avanzaban hacia la plaza, mismos que en un momento de pánico por la valentía de los bravos indios chiapanecas, huyeron despavoridos. Las fuerzas orteguistas estaban compuestas en su inmensa mayoría por indígenas tzotziles y tzeltales, y por cientos de campesinos sancristobalenses, que fueron obligados a luchar en contra del gobierno republicano que encabezaba en Chiapas el liberal José Gabriel Esquinca.

La medición de las armas imperialistas con las de los republicanos fue fatal para los primeros.

Fue así como concluyó la memorable Batalla del 21 de octubre de 1863 de la heroica ciudad de Chiapa de Corzo, en que fueron derrotados definitivamente los partidarios en Chiapas del imperio de Maximiliano de Habsburgo.

De acuerdo con los tres partes militares del coronel Salvador Urbina, los republicanos tuvieron sólo dos muertos y 17 heridos; mientras los imperialistas tuvieron más de ochenta muertos y un número indeterminado de heridos.

En esta histórica batalla, los chiapacorceños tuvieron el apoyo de sus hermanos de Comitán, Tuxtla y Acala. El tuxtleco Salvador Urbina fue el comandante en jefe de la batalla; mismo que estuvo secundado valientemente por los coroneles Julián Grajales, José Segundo Serrano, Manuel Ruiz y Corzo y del comiteco Isidoro Castellanos, comandante del batallón que desmontó la pieza de artillería del enemigo; así como de los capitanes Luis Vidal y Vicente López; y en particular de don Cenobio Aguilar.

¡Honor a quien honor merece!