“El Maestro y la Educación en Chiapas”



La educación en Chiapas tiene sus antecedentes a inicios del siglo XIX, cuando al incorporarnos a la gran nación mexicana, don Fray Matías de Córdoba, en mayo 18 de 1828 funda la primera Escuela Normal de Chiapas, en San Cristóbal. En este mismo año se apertura un plantel de enseñanza primaria en esta misma ciudad bajo la dirección e instrucción del padre Córdoba.

En este mismo año de igual forma, se establecen en los municipios de Amatenango del Valle, Comitán, Chiapa, Huixtán, Ocosingo, Ocozocoautla, Oxchuc, Palenque, San Andrés, san Bartolomé, Simojovel, Teopisca, Tonalá, Tuxtla y Zinacantán, escuelas de primeras letras.

En 1841 Fray Víctor María Flores, intentaba enseñar a los párvulos con un sistema de enseñanza creado por él mismo, llamado “Método doméstico para enseñar y aprender seguramente a leer y escribir en sesenta y seis lecciones, experimentados con indígenas ignorantísimos aún de la lengua castellana”, método que se utilizó por muchos años, hasta que en 1916, se dejó de utilizar en las escuelas oficiales.

Asimismo, otros maestros de la época, como el profesor Sóstenes Esponda, quien hizo sus estudios en Guatemala y ya en el Valle Cintalapa dedica su vida a enseñar a los peones de la Finca San Antonio la Valdiviana.

El profesor Camilo Pintado, nacido en Tuxtla (hoy de Gutiérrez) en 1836, quien realizó sus estudios en San Cristóbal y para 1860, era ya profesor de educación. Funda una escuela particular llamada Providencia.

El profesor Mariano N. Ruiz, quien nació el 16 de noviembre de 1857, y para 1897 funda una escuela en Comitán, impartiendo las materias de idiomas de inglés, francés, latín, y física. Es de reconocer que fue un gran científico, siendo el primero en presentar los beneficios y eficacia de la fluorina.

Para 1870, se ponen en marcha 10 diez escuelas de primeras letras en San Cristóbal, asimismo 6 seis para varones y 4 cuatro para niñas, de las cuales tres eran sostenidas por el ayuntamiento y las restantes por algunos particulares. Las escuelas de varones estaban a cargo de Eduardo Paniagua y Pánfilo Ortega y las de niñas por la profesora Martina Madrigal.

Otro educador que merece mencionarse, es don Marcos E. Becerra, oriundo de Teapa Tabasco, y distinguido por su aportación a la educación en Chiapas, que para 1890 cursa las materias del plan de estudios del instituto Juárez de San Juan Bautista (hoy Villahermosa) y para 1893 se mantiene ejerciendo el magisterio, siendo director de la escuela Practica Comercial del Estado, como lo atestiguan algunos documentos del año de 1915.


Con respecto a la educación en Chiapas, debemos de agradecer a Don Francisco León, Gobernador de Chiapas en el período 1896-1899, quien expide la Ley Reglamentaria de la Enseñanza Preparatoria y Profesional con el objeto de impulsar la educación física, intelectual y moral de la juventud chiapaneca y que uno de sus intereses fue la de traer maestros de diferentes centros pedagógicos de otras entidades como Guerrero y Oaxaca, entre otros, con la finalidad de combatir el alto grado de analfabetismo y la falta de educación en Chiapas. Este gobernante en el año de 1897, por decreto obliga a los ayuntamientos a contribuir dentro de su erario para el fomento a la instrucción pública y el sostenimiento de las escuelas, con la finalidad de proveer a los niños pobres de lo necesario para la enseñanza primaria.

Por mencionar algunos profesores que vinieron a Chiapas a petición de este gobernante, están Lisandro Calderón y Mauro Carrasco.

Para 1899 se contaba con 130 escuelas de diversas categorías, de las cuales 4 eran de instrucción primaria superior, 1 de artes y oficios, 23 elementales, 29 rudimentarias, 71 mixtas y 2 nocturnas para adultos. Para la atención de estos centros educativos había 172 profesores en toda la entidad chiapaneca, para atender a 5,500 alumnos, entre hombres y mujeres.

La Profesora Fidelia Brindis Camacho, quien nace el 6 de abril de 1899, además de ser una heroína en la lucha de los derechos y libertades de la mujer en Chiapas, también tiene un lugar en la historia de la Educación, ejerciendo más de 40 cuarenta años en el magisterio, luchando por que se expidiera la Ley de inamovilidad del magisterio, y que en la década de los años diez fuera profesora de ejercicios físicos de la Escuela Normal de Profesoras como lo demuestran algunos documentos. En esta Institución se encontraban también ejerciendo las maestras Mercedes Zamora, que además de ser la directora del plantel, era catedrática de zoología, Rosa María de Araujo, catedrática de Geografía de Chiapas, entre otras más, que merecen el reconocimiento y agradecimiento del pueblo chiapaneco.

Otro personaje que es digno de mencionar, el Maestro Manuel de Jesús Cancino, catedrático de la Escuela Normal Mixta y Preparatoria del Estado, donde impartió las materias de historia, literatura y gramática castellana. Fue catedrático y director de la Escuela Secundaria de Tapachula en 1941, y en 1943, asume la dirección de la Escuela Secundaria, Preparatoria y Normal del Estado (antiguo ICACH).

De igual manera, tenemos que hacer mención del Profesor Mario Araujo Rodríguez, tuxtleco de origen, quien nació un 8 de mayo de 1894, egresado de la Escuela Normal Militar y alumno del profesor Lisandro Calderón. Las cátedras que impartía en la Escuela Preparatoria de Tuxtla, eran Raíces Griegas y Latinas. Asimismo, en el ICACH impartió las asignaturas de Literatura y Matemáticas. Un mentor que tuvo el gusto por la poesía y el periodismo.

En estos tiempos que la igualdad de género es prioridad, menester y justo es hacer mención de las heroínas de la educación, un placer de la historia es que haya quedado registrada en ella, la Maestra Adelina Flores, nacida en San Cristóbal de las Casas un 11 de diciembre de 1895. Una de las fundadoras de la escuela “La Enseñanza”. Además de tener una escuela gratuita y una escuela nocturna para obreros, fundó un internado para mujeres y centros de alfabetización. Muy preocupada por la gente de escasos recursos, creó dispensarios. Fue parte de la Sociedad Científica, Literaria y Artística de la ciudad san cristobalense.

Es meritorio de mencionar también al Profesor Eliseo Palacios Aguilera, quien nace el 1° de febrero de 1896, en la finca don Ventura, San Fernando, Chiapas, quien se titula en 1920 como profesor normalista, siendo catedrático de la Escuela Preparatoria y Normal del Estado, asimismo de la Escuela Prevocacional hasta el año de 1944, cuando fallece. Su pasión fue la investigación biológica y paleontológica. Hoy el museo de paleontología ubicado en la calzada de las personas ilustres lleva su nombre en reconocimiento a tan maravillosa labor.

Fernando Castañón Gamboa, también es parte de la historia de la educación en Chiapas, nacido el 16 de agosto de 1902, fue normalista de profesión, egresado de la Escuela Normal y Preparatoria del Estado, asimismo, de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo. Impartió las cátedras de Geografía e Historia de México en la Escuela Rural del Estado, de Geografía en la Normal Mixta y Preparatoria, Geografía, Historia y Archivonomía en la Escuela Prevocacional. Fue el primer director del Archivo General del Estado en 1952 y el primer Premio Chiapas en 1951.

Merece también nuestro reconocimiento, el Maestro Edgar Robledo Santiago, quien fuera funcionario público (Diputado, Senador, Representante del Gobierno de Chiapas ante la ciudad de México, Director del ISSSTE), maestro rural y normalista urbano, nacido en el municipio de Motozintla un 20 de septiembre de 1917. Los registros de archivos muestran su trayectoria educativa, fue catedrático del ICACH. Escritor de varios libros, entre los que destacan Valores Humanos de Chiapas (1992), cuatro personajes de la Independencia (1984), Fray Matías Antonio de Córdoba (S/A), entre otros.

Otro personaje distinguido de la historia, fue el Maestro Eliseo Mellanes Castellanos, quien nace el 22 de noviembre de 1920. Catedráticos en varias instituciones educativas. Como funcionario fue director de Educación Pública, de la Biblioteca Pública del Estado y del Museo Regional de Antropología, entre otros cargos. Maestro normalista de profesión, incursionó en el periodismo, en la poesía, en la crónica, siendo el cronista oficial de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez por muchos años. En 1962 le fue otorgado el Premio Chiapas.

Hacer mención de todos los educadores de Chiapas sería escribir páginas tras páginas de forma interminable, este pequeño homenaje va dirigido a todos ellos, los que han marcado el destino de Chiapas, y porque no reconocer que también de nosotros sus pobladores, quienes, en honor a la justicia, les debemos lo que somos, educación, principios, moral, conocimientos, formación, y muchas otras cosas más. Por ello, disculpándonos por no hacer mención de todos aquellos que día a día nos regalan sus enseñanzas, vaya nuestro reconocimiento en el “Día del Maestro”, como homenaje al mentor y rector de la vida de cada uno de los chiapanecos.